Hubo una época en que trataba de hacer que cada minuto de mi día contara: horarios perfectos, mil listas de pendientes y hasta alarmas para recordarme respirar. Spoiler: terminé agotada, frustrada y con cero energía para lo realmente importante.
Por eso, cuando escuché por primera vez sobre la idea de manejar nuestra energía en lugar de nuestro tiempo, fue como un «aha moment». Tony Schwartz, CEO de The Energy Project, lo explica perfecto: “El número de horas en el día es fijo, pero la cantidad y calidad de nuestra energía no lo es.”
Así que, si tú también sientes que las 24 horas del día nunca son suficientes, aquí tienes una alternativa que puede cambiarlo todo.
Por Qué Manejar la Energía Es un Gamechanger
Aprender a gestionar tu energía es como recargar tu batería interna. A diferencia del tiempo, la energía es renovable y, si la usamos bien, puede ayudarnos a hacer más con menos estrés (y sin llegar al temido burnout).
Tony Schwartz identifica cuatro tipos de energía que podemos gestionar:
- Energía física: Tiene que ver con tu cuerpo. ¿Duermes lo suficiente? ¿Te alimentas bien? ¿Haces ejercicio? Todo esto impacta directamente en tu energía.
- Calidad emocional: Aquí es donde entra la importancia de reconocer y manejar tus emociones. Pro tip: Si algo te drena, es hora de reconsiderar cómo lo enfrentas.
- Enfoque mental: Olvídate del multitasking, porque solo roba tiempo y energía. Enfócate en una tarea a la vez y verás cómo aumenta tu productividad.
- Propósito espiritual: Cuando lo que haces está alineado con tus valores, tu energía se multiplica. Este tipo de energía viene de hacer cosas que realmente te importan.
Cómo Empezar a Gestionar Tu Energía
Paso 1: Identifica tus fugas de energía
Haz una especie de “auditoría energética”. Pregúntate:
- ¿Qué actividades me recargan?
- ¿Qué actividades me drenan?
Un tip súper útil es usar la herramienta Habits Scorecard de James Clear (Hábitos Atómicos). Lista tus actividades diarias y márcalas como positivas (+), negativas (-) o neutras (=). Esto te dará claridad sobre qué deberías ajustar.
Además, intenta registrar tus niveles de energía a lo largo del día. Sí, puede sonar raro al principio, pero te ayudará a identificar tus picos de energía para aprovecharlos al máximo.
Paso 2: Ajusta tu rutina según tus niveles de energía
No se trata de hacer más, sino de hacerlo mejor. Algunas ideas:
- Define 3 prioridades al día (no más, no menos).
- Trabaja en tus momentos de mayor energía: para algunos, es la mañana; para otros, la noche.
- Crea bloques de tiempo enfocados. Nada de multitasking.
- Respeta tus descansos: desconéctate y recarga.
Paso 3: Adapta la estrategia a tu estilo de vida
Tu nivel de energía no es el mismo que el de otra persona. Si alguien en redes sociales dice que levantarse a las 5 a. m. cambió su vida, genial por ellos, pero eso no significa que funcione para ti. Haz lo que tenga sentido para tu ritmo y necesidades.
Un Último Pensamiento
“No es la cantidad de horas que trabajas, sino la calidad de la energía que inviertes lo que realmente importa.” – Tony Schwartz.
Así que la próxima vez que te sientas abrumada por todo lo que tienes que hacer, detente un momento. Reevalúa tus fuentes de energía, prioriza lo que realmente importa y recuerda: ser productiva no significa hacerlo todo, sino hacerlo con intención.
Recursos Recomendados
¿Cuál es tu mayor fuga de energía en el día? ¿Qué estrategias crees que podrías implementar para recargar tu energía? Cuéntamelo en los comentarios o en redes sociales. ¡Quiero saber cómo te va!